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Ser padre o ser madre va mucho mas allá de asumir roles y tareas. Flexibilizar las labores del hogar y trabajar como un equipo es fundamental. Esto cobra aún más sentido cuando nos damos cuenta de que al repartir los distintos quehaceres enseñamos a nuestros hijos el valor de la autonomía y a crecer en empatía.
La mayoría de las veces hablamos de la importancia del rol materno en la crianza de los niños. De la contención emocional, el apego y la conexión que tienen con sus hijos y cómo eso forma su personalidad. De igual modo, durante años el rol del padre se ha visto relegado al trabajo profesional, a traer seguridad, sostén económico y protección familiar. Los hombres se encargaban de ir a trabajar de lunes a viernes y luego a descansar el fin de semana después de una extenuante semana laboral.
Hoy, en cambio, las responsabilidades son compartidas. La figura paterna ha dado un vuelco y nos encontramos con padres más involucrados en las tareas de la casa y más presentes en la crianza de nuestros hijos. Esto causa un gran impacto en toda la familia, sobre todo en nuestros niños, que hoy son observadores de una realidad distinta.
Si bien este cambio es consecuencia de lo que ha ido ocurriendo en el mundo, muchas veces no se da con tanta naturalidad. Se trata más bien de una decisión que podemos tomar como padres, ante la cual debemos tener en cuenta los grandes beneficios que implica el compartir las responsabilidades y tareas de la casa. En mi caso, esta fue una decisión consciente y categórica: decidimos construir una familia con ambas figuras, mamá y papá, presentes en la crianza y también en las tareas de la casa.
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Cuando nos preguntan como padres qué queremos para nuestros hijos, ¿cuál es la respuesta más común? ¡Además de que sean sanos, queremos que sean felices!. Sin embargo, muchas veces es difícil equilibrar lo que es mejor para los niños con lo que los hace feliz.
“El bienestar de los niños es más importante para los adultos que cualquier otra cosa”. Así lo señala el libro Raising Happiness: 10 simple steps for more joyful kids and happier parents (El aprendizaje de la felicidad: 10 pasos para fomentar la felicidad en los niños y en sus padres), de la socióloga Christine Carter Ph.D., colaboradora del centro Greater Good Science de la Universidad de Berkeley en Estados Unidos, un proyecto interdisciplinar que pone al alcance del público los descubrimientos científicos en torno a la resiliencia y la inteligencia emocional.
A través de una amplia gama de estudios científicos, Carter elaboró una lista de 10 pasos en los que demuestra que la felicidad es un comportamiento aprendido. Un músculo que podemos ayudar a que nuestros hijos a construyan y mantengan.
“La felicidad es una gran ventaja en un mundo que destaca solo los logros o el rendimiento. En promedio, las personas felices son más exitosas que las infelices tanto en el trabajo como en el amor. Reciben mejores evaluaciones de desempeño, tienen trabajos más prestigiosos y ganan sueldos más altos. Es más probable que se casen, y una vez que están casados, están más satisfechos con su matrimonio”, escribe.
Entonces, si revisamos la evidencia científica, ¿qué es lo que realmente funciona cuando se trata de criar niños felices?
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“¿Quieres que tus hijos sean creativos, curiosos y saludables? Déjalos jugar”. Así comienza el estudio clínico El poder del juego de la Asociación Americana de Pediatría (AAP), dado a conocer en agosto.
Según el reporte, los niños necesitan preparar un conjunto de habilidades para optimizar su desarrollo y manejar el estrés. La investigación demuestra que el juego es una oportunidad única para promover destrezas socioemocionales, cognitivas, de lenguaje y autorregulación. Además, el juego apoya la formación de relaciones seguras, estables y enriquecedoras.
La importancia del juego no es superficial, indica el informe, ya que mejora la estructura del cerebro y promueve la función ejecutiva (es decir, el proceso de aprendizaje en lugar del contenido), que permite perseguir objetivos e ignorar las distracciones
¿Por qué los niños necesitan jugar acompañados?
De acuerdo al Centro Acuna de las psicólogas de primera infancia Anastasia Fernández y Fernanda Karlezi, el juego es una herramienta crucial para el desarrollo del máximo potencial y es la vía predilecta de expresión de los niños. “Es importante hacerse el espacio para jugar con ellos, porque es la forma más expedita de comunicación. Los padres pueden sentarse diez o quince minutos con atención plena (sin celulares, ni preocupaciones por el trabajo). Solo con describir lo que están haciendo ya estarán organizando su experiencia a través del lenguaje (sobre todo con los más pequeños), dándoles la sensación de que su figura de apego está realmente conectándose con ellos”, asegura la psicóloga del centro, Valentina Arrau.
Ideas simples para jugar con tus niños
1. Armar puzzles.
2. Construir un fuerte.
3. Disfrazarse.
4. Búsqueda del tesoro.
5. Memorizar.
6. El juego del teléfono.
7. Simón dice…
8. Veo, veo.
Fuente: http://hacerfamilia.cl/2018/12/el-poder-del-juego/
Escribe la recordada señora Paulina Glatzel:
Alfredo: Hace un par de noches lo escuché contar la historia del camping y me sorprendió lo emocionada que me sentí, es que siento que pertenezco a la historia, o mejor dicho al inventario de este lugar. Me hubiese gustado tomar el micrófono y decirle personalmente esto, pero soy un poco llorona y no hubiese podido terminar, por esto es mejor escribirlo.
He pensado en estos días lo importante que ha sido el camping en mi vida. Llegué aquí cuando tenía 8 o 9 años con mi hermana y mi papá. A él lo tiene que recordar: Carlos Glatzel, el papito corazón, como le llamaban, ya que venía solo con estas niñas chicas, sacando cuentas, ahora tengo 39 años por lo que llegué cuando el camping tenía 3 años de vida, y durante 20 años vine, sin faltar verano. He pasado mis etapas de vida aquí, de niña, adolescente con mis amigas, de joven con mi pololo que ahora es mi marido, de joven casada, de mamá con 1 hija, con 2 hijos, y ahora con 3 hijos. La continuidad me ha enseñado un estilo de vida, me enseñó la relación con la naturaleza, a reconocer ruidos, de hojas,agua, olores, a vivir desconectada con la modernidad que nos agobia, a disfrutar de lo simple, de vincularnos con los que nos acompañan, de estrechar amistades, relaciones, en especial con mi papá, mi hermano, mis amigos,
ahora con mi marido, mis hijos, con todas las amistades de verano en verano que uno hace aquí, mirar las estrellas es maravilloso.
Aquí uno aprende a disfrutar, a reir, a desconectarse. Cada año una aventura, venir, preparar la venida, todo mágico, tantas etapas vividas y disfrutadas, tantos recuerdos. He visto y vivido todos los cambios del camping, todos los progresos, lo antes y lo después. Sin casas al frente, sin pinos, y me emociona tener tantos recuerdos, creo que Vichuquén ha sido muy importante en nuestra crianza, en nuestro estilo de vida y por todo lo que significa yo le doy las gracias. Tanto sacrificio suyo y de su familia ha valido totalmente la pena, ya que estoy segura que hay montones de historias como la mía, y que este lugar ha quedado en el corazón de muchos.
He retomado mis veranos aquí y estoy feliz, disfruto como cabra chica de todo, y estoy consciente de que cada detalle de este lugar es un regalo que agradesco profundamente. Sigo reconociendo ruidos, olores, paisajes, que forman parte de mi niñez, adolescencia y momentos inolvidables de toda mi vida. Ahora le toca a mis hijos tener estas maravillosas vivencias.
Una vez más le doy las gracias y espero que estas humildes palabras le sean de incentivo para seguir su lindo trabajo.
Paulina Glatzel
P.D. Me entusiasma ser una de las más antiguas del camping!
Hola:
Mi nombre es Silvana Andreani, mi familia está compuesta por mi marido (Pedro Heimpell), mis dos hijas (Wanja y Katja Heimpell). Vamos al Camping Vichuquén hace 28 años. La primera vez que fuimos mi hija mayor tenía 4 años y mi otra hija 3 años, me acuerdo que ese viaje estuvo lleno de contratiempos, nos quedamos en pane, se nos rompió el carro y logramos llegar al camping a las 6 de la mañana, ese mismo día pasó por nuestro sitio los monitores, Caco y Shany, para llevarse de paseo a nuestras hijas. Así empezó nuestra historia en el Camping, quién se iba a imaginar que duraría tantos años.
Por muchos años, Freddy, Angela e hijos participaban en todas las tareas del camping, trabajaban en la recepción, panadería, minimarket, organización y armado del camping, administración, etc. Nos llamó mucho la atención la participación de todos ellos. Todos los días nos despertaba el rico olor a pan amasado y a las 5 en punto esperábamos los berlines con mermelada que nos íbamos a comer a la playa.
Como no recordar a Perico, limpiando la piscina, sacando las algas y los días domingo se vestía de punta en blanco. La última vacación preguntamos por él y nos dijeron que estaba muy bien viviendo en Llico.
Tampoco podemos olvidar el incendio que hubo al frente, todos los campistas partimos rápidamente a ayudar, el incendio duró como 2 días y todos trabajamos en equipo para ayudar a apagar el incendio.
No tengo recuerdos de cuántas Olimpíadas y actividades deportivas y recreativas hemos participado, lo que si recuerdo es que esperábamos ansiosos que llegara Enero para partir por 3 o 4 semanas al Camping.
Mis hijas crecieron, pero no así se disminuían sus ganas de ir al Camping. Con el tiempo incluimos a los pololos de mis hijas en esta gran aventura, después sus maridos y este año esperamos ir con mi primera nieta, para Enero del 2015 tendrá apenas 4 meses, queremos que desde chiquitita disfrute de estas vacaciones inolvidables.
Me faltarían hojas y días para explicar todas las anécdotas que hemos vivido en el camping.
Les adjuntamos algunas fotos de distintas épocas de nuestras vacaciones en el camping, les explicaré un poco cada una de ellas:
1. Mi marido con mis dos hijas en la playita del Camping, esta foto fue tomada en Enero del 86, la primera vez que fuimos al Camping.
2. Campeonato de volleyball en la multicancha antigua, hoy en ese mismo lugar hay sitios y está la Sala de Juegos
3.El primer diploma que nos entregaron en el Camping cuando nos estábamos yendo. Antiguamente cada vez que se iban los campistas, luego de escuchar la campana, nos reuníamos en la recepción a cantarles: “Ha llegado el momento oh oh oh, de la despedida oh oh oh, no es un adiós si no un hasta luego…” Después de eso nos entregaron el diploma. Ese año cuando nos subimos al auto para irnos con mi marido dijimos: “Tenemos que volver el próximo año”
4. Yo y mis dos hijas en las olimpiadas. Teníamos que disfrazar a los niños, con mi marido empezamos a cortar hojas de sauce y papel de diario para hacerles unos disfraces de pascuenses.
5. Aproximadamente 5 años después de nuestra primera visita al Camping Vichuquen seguíamos participando activamente en las Olimpiadas, en la foto aparecen mis hijas con una amiga y una prima disfrazadas.
6. Tiempo después nos sacamos esta foto con mis hijas y yo, ese día era nuestro último día de vacaciones, estábamos un poco tristes pero a la vez ya empezábamos a contar los días para la siguiente visita.
7. Mi hija participando de las Olimpiadas, la prueba consistía en usar las tablas para avanzar sin tocar el arena.
8. Mis hijas seguían creciendo y seguían participando en las Olimpiadas, en esta oportunidad inventaron una coreografía con una canción de las Spice Girls.
9. Mi hija preparándose para el paseo al Valle de la Luna, cada cierto tiempo los monitores realizaban un paseo que consistía en dormir al aire libre al Valle de la Luna, está ubicada a unos metros de la entrada del Camping (arriba del cerro)
10. Mis hijas y yo, ya estaban más grande. Ese día tomamos sol en el muelle y mi marido nos empezó a sacar fotos.
11. Mis dos hijas con el pololo de mi hija mayor (Juan Luis Villagra), después de que habían jugado un partido de volleyball empezó a llover y tuvimos que hacer canaletas alrededor de las carpas. Llovió toda la noche, no se nos pasó el agua a las carpas pero el sitio estaba con mucho barro, al día siguiente salió el sol y empezamos a secar las cosas
12. Mis dos hijas, el pololo de mi hija mayor (Juan Luis Villagra), un amigo campista y yo. Todos disfrutábamos de un rico día de sol
13. Mi marido y yo en el muelle del sitio
14. Nuestra primera adquisición para practicar deportes acuáticos, un láser. Mi marido llevaba de paseo a mis hijas, se ponían en la punta del láser y disfrutaban toda la tarde
15. Nuestra segunda adquisición, una lancha, le decíamos Rita. En ella hacíamos largos paseos, íbamos a la Isla, Aquelarre, Paula, etc.
16. Al año siguiente de comprar la lancha compramos un banano, cada vez que salíamos nos reíamos tanto, todos nos caíamos y rebotábamos en el agua.
17. Mi marido y mi hija menor aprendieron a esquiar, les encantaba salir. Con los años mi hija se volvió una experta del ski
18. Últimas vacaciones en Enero del 2014, alrededor del fuego compartiendo un rico asado.
Sólo nos quedan 4 meses para volver a disfrutar nuevamente y espero que la lista de anécdotas y momentos alegres sigan aumentando
Saludos a la Familia del camping Vichuquen, a los campistas y los futuros campistas
Silvana Andreani, Pedro, Wanja y Katja Heimpell
Hay que planificar las vacaciones y qué más entretenido que organizar un camping con la familia. La idea es disfrutar todos juntos, estar cerca de la naturaleza y compartir en un entorno diferente. También puede ser la oportunidad de invitar a otras familias y armar un gran grupo.
3 razones por las que ir:
• Porque el Camping Vichuquén es lejos el mejor que conozco... Seguir leyendo